Hay una buena razón por la cual la popularidad de Puerto Rico como destino aumenta durante el invierno.
Si vives en alguna de las partes más frías del mundo, la idea de cambiar la nieve, el hielo, los suéteres pesados y las botas por arena, sol, pantalones cortos y un traje de baño es suficiente motivación para reservar un boleto de avión. Pero, quieres algo más que un hotel de playa lleno de gente. Quieres un poco de cultura, aventura y comida increíble en un solo lugar: Puerto Rico tiene lo que buscas.
Ya sea tu primera vez en la Isla o eres un veterano de los lugares de interés mundial, este itinerario te permitirá disfrutar de San Juan como un local, explorar partes menos conocidas de la Isla y seguir disfrutando del cálido clima tropical. Es muy recomendable alquilar un auto para que puedas ir a tu propio ritmo. No te preocupes; El GPS funciona bien en Puerto Rico, así que no te perderás.
Día uno: El sabor de la cultura
Has llegado a San Juan, pero no puedes comenzar tu aventura con el estómago vacío. Así que dirígete a Abracadabra para un “Brunch Mágico” en un ambiente carnavalesco. Su menú variado incluye, chocolate y tostadas francesas cubiertas de frutas o un decadente Croque Madame o Monsieur. Para una opción más exclusiva, prueba Sabrina Brunch and Bistro en la calle Loíza, donde el menú ofrece algunos platos abundantes como Hangar Steak with Pommes Frites o una versión puertorriqueña de los huevos Benedictos, así como cócteles modernos de inspiración clásica.
Después de algunas mimosas de parcha, comienza tu recorrido por Santurce, el distrito de artes urbano-chic de San Juan, donde te sumergirás directamente en la cultura y la historia de la Isla. Lo encontrarás en abundancia en el Museo de Arte de Puerto Rico. Repartidas en una superficie de 130,000 pies cuadrados, las 18 salas de exposiciones del famoso museo de arte albergan la colección más importante de pinturas, esculturas y tallas de artistas puertorriqueños en la Isla, con obras desde el siglo XVII hasta hoy. Además, echa un vistazo al jardín botánico de esculturas en la parte posterior (un oasis Zen) y quédate pendiente a sus eventos especiales en el sitio web del museo y en las redes sociales.
Más adelante, puedes dirigirte a la calle Cerra, donde el festival Santurce es Ley tiene lugar cada año a principios de diciembre. Durante varios días y noches, los artistas pintan nuevos murales o crean instalaciones interactivas mientras suena música en vivo. Las calles están llenas de gente que disfruta de bebidas y comida de negocios locales (incluyendo el lugar de donas artesanales, Kudough's y chinchorros como La Esquina Watusi). Esta impresionante colección de arte urbano llena varias cuadras de la ciudad, y las piezas abordan problemas sociales, representan paisajes de ensueño surrealistas o retratan escenas de la vida cotidiana. Piensa en ello como la respuesta de San Juan al distrito artístico de Wynwood, en Miami. Incluso si no estás aquí durante el evento, un recorrido a pie por los murales es una excelente manera de explorar el vecindario y absorber algunas imágenes inspiradoras.
Has una parada para almorzar en Graziani, donde se siente como si estuvieras entrando en el apartamento estudio artístico de un amigo. Luego, degusta de algunas tapas y bebidas en la azotea antes de salir a explorar las cafeterías de Santurce (Hacienda San Pedro en particular), las librerías (The Bookmark) y las pequeñas tiendas que ofrecen productos de fabricación local (Santurce Pop). No te pierdas C787Studios, una galería que invita a la reflexión y que cuenta con arte experimental y conceptual en el camino. También puedes pasar por el Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico, donde las piezas de técnicas mixta y multimedia de artistas locales e internacionales ocupan dos pisos de uno de los edificios arquitectónicamente más interesantes de San Juan.
Para concluir tu inmersión en Santurce, siéntate a cenar en Musa, donde cada plato es una obra maestra. Este restaurante tiene como objetivo elevar la comida simple con creatividad y pasión. También puedes probar algunos cócteles artesanales. O visita la calle Loíza, donde puedes elegir entre una amplia gama de restaurantes como Acapulco Taquería, Café Tresbé, Yumbootik International Cuisine o Bocca Osteria, entre muchos otros. Finalmente, si no estás demasiado cansado, disfruta de la vida nocturna de la ciudad en la icónica Placita de Santurce, donde los lugareños se reúnen a diario y se animan a bailar en la calle.
Día dos: Explorando el Viejo San Juan
El primer día fue ambicioso, así que si hubo cosas que no pudiste ver, hay tiempo para explorar más de Santurce; después de todo, tú eres el que manda en este viaje. Pero si esta es su tu primera visita a la Isla, entonces vale la pena hacer una parada en el Viejo San Juan. Pasea por los antiguos fuertes españoles, Castillo San Felipe del Morro y Fuerte de San Cristóbal (la tarifa de entrada a uno también te llevará al otro). Luego, explora las innumerables tiendas y restaurantes a lo largo de la Calle Fortaleza, que cruza la ciudad vieja desde La Fortaleza (la mansión del gobernador) hasta la Plaza Colón. En el camino, aprovecha las excelentes oportunidades para tomar fotos de las icónicas casas de color pastel y las calles adoquinadas. Algunos lugares encantadores para almorzar incluyen Café El Punto, que sirve especialidades puertorriqueñas y chilenas, y Café Berlín, mejor conocido por su menú vegetariano y vegano.
Si repites la visita o prefieres conocer la ciudad más allá de las atracciones populares, visita el Museo Casa Blanca, la casa del siglo XVI construida para la familia de Ponce de León. También puedes considerar un recorrido con la Sociedad de Dibujos de Edificios Históricos de Puerto Rico o un recorrido gastronómico con Spoon que combina un poco de historia local con sabores de platos tradicionales puertorriqueños.
Si eres amante al café, no te pierdas la gran cantidad de auténticas cafeterías puertorriqueñas en todo el Viejo San Juan, como Cuatro Sombras, Finca Cialitos, Café Colao o Café Don Ruiz. Si prefieres refrescarte, ve a la calle San Sebastián, donde podrás degustar algunas cervezas artesanales locales en La Taberna Lúpulo o disfrutar de un mojito especial en Cinema Bar 1950, con vistas al gran césped de El Morro, donde podrás ver pasar los cruceros y familias volar cometas, así como las puestas de sol. Si todavía estás por la noche, planea una cena elegante en Marmalade, seguida de un cóctel artesanal en La Factoría o The Mezzanine. ¿Quieres beber con vistas? Disfruta de una copa de vino o sangría en Al Fresco Wine Bar, cuya azotea tiene vistas a las calles de la ciudad vieja.
Si todavía te apetece algo de cultura local, consigue entradas para una presentación sinfónica en el Centro de Bellas Artes en Santurce o una película extranjera en Fine Arts Cinema en Miramar. Para algo más emocionante (suponiendo que no estés agotado por toda la exploración), reserva una clase privada de salsa en Condado, luego dirígete a Piso Viejo, un bar de salsa en la calle Loíza, o a los populares lugares El Local o La Respuesta para practicar tus nuevos movimientos. Visita sus redes sociales para obtener información sobre eventos especiales, bandas en vivo, DJ y noches temáticas.
Día tres: Rumbo al oeste
¡Adiós al área metropolitana! Después de desayunar, prepárate para salir en un viaje de casi dos horas a la ciudad costera de Isabela, una escapada de fin de semana favorita entre los surfistas locales, buceadores y amantes de la playa. El viaje por carretera ofrece un paisaje fantástico a medida que te aventuras hacia el oeste a través de los valles del norte y luego te encuentras con vistas panorámicas de los acantilados de carso de la costa norte y millas de océano azul profundo.
Tendrás muchas opciones de alojamientos para pasar la noche. Para algo un poco más exclusivo y frente al mar, opta por Villa Montaña Beach Resort, un hotel de estilo finca con villas de una a tres habitaciones, totalmente equipadas, cada una con su terraza patio y jacuzzi. Si estás buscando el máximo del lujo, entonces Royal Isabela es tu mejor opción. Los huéspedes se alojan en villas privadas en lo alto de un acantilado con una vista espectacular del Océano Atlántico, cada una con su piscina privada. Royal Isabela es también un paraíso para los golfistas y tiene acceso a la aislada playa de El Pastillo. Por supuesto, siempre puedes optar por un alquiler vacacional más privado como Fusion Beach Villas, una propiedad colorida y frente al mar con un camino boscoso que te lleva a nuestra playa privada justo detrás de la propiedad y cuenta con su propia Galería de Arte Floral.
Si te gusta el surf o has tenido curiosidad por practicarlo, las playas de Isabela ofrecen condiciones para todos los niveles de experiencia. La playa de Middles es la más avanzada, con poderosas corrientes y secciones rocosas en alta mar donde rompen las olas. Jobos Beach también es muy popular y tiene áreas apropiadas para nadadores y muchos restaurantes, bares y tiendas de surf.
Si el esnórquel es más tu estilo, visita Shacks Beach, aunque ten en cuenta que la corriente es fuerte y está cubierto de arrecifes de coral. La playa de Montones también ofrece un excelente momento para esnórquel y está protegida de las corrientes atlánticas por una enorme formación de rocas volcánicas, creando una piscina segura. También está la playa familiar de Villa Pesquera, que tiene olas tranquilas y quioscos de comida cerca.
¿Quieres hacer algo de ejercicio? El Paseo Lineal de Isabela es un carril para ciclistas y corredores de 4.5 millas que sigue la costa, llegando a playas famosas como Jobos y Montones, con secciones en asfalto, arena compactada y paseo marítimo. Los fines de semana, empresas como Pedalea Isabela ofrecen alquiler de bicicletas para disfrutar del Paseo Lineal, aunque también lo frecuentan corredores y caminantes.
Para la cena, ve al restaurante Al Fresco Eclipse en Villa Montaña Beach Resort, que ofrece alguna de las mejores comidas de Isabela. Luego dirígete al centro del pueblo para probar unas cuantas bebidas en La Central, uno de los mejores bares de cócteles de la costa oeste (y posiblemente de la Isla). El ambiente es íntimo y relajado. El lugar acoge bandas locales, espectáculos de arte y takeovers con chefs y camareros invitados mensuales.
Día cuatro: Paseo por la naturaleza en Hacienda La Esperanza
Ya sea que te quedes otra noche en Isabela o regreses a San Juan, pasa por Manatí, un pequeño municipio casi a mitad de camino. Puedes visitar una reserva natural y disfrutar de algunas de las playas más únicas de Puerto Rico.
Hacienda La Esperanza, una antigua plantación de azúcar transformada en una de las reservas naturales más grandes de la costa norte, ofrece un hermoso senderismo y la oportunidad de aprender sobre la historia de Puerto Rico. La propiedad es administrada por Para La Naturaleza, una organización sin fines de lucro dedicada a la conservación del medioambiente que ofrece recorridos inmersivos y oportunidades de voluntariado para los amantes de la naturaleza. Asegúrate de reservar a través de ellos si desea una visita guiada, o pase por el Centro de Visitantes para tomar un mapa y aprender sobre los diferentes ecosistemas que puedes observar durante una caminata en solitario. A solo 10 minutos a pie de la hacienda, también encontrarás la Cueva de las Golondrinas, una formación de cuevas con una pequeña playa aislada perfecta para relajarse por la tarde.
Visitar Manatí y no probar los famosos Pastelillos Lamboy es casi un crimen. Estos pastelillos son ideales para una merienda rápida o un almuerzo pesado, dependiendo de cuanta hambre tengas. Así que toma un par y dirígete a la playa. Una de las playas más bonitas de la costa norte es Mar Chiquita, una piscina circular de color turquesa enmarcada por enormes formaciones rocosas volcánicas con una abertura en el medio que permite que las intensas aguas azules del Atlántico caigan. No hay mucha sombra, pero hay sombrillas y alquiler de sillas disponibles.
Para tu última cena en Puerto Rico y prueba Su Casa Steak House, un mesón gastronómico en Manatí que sirve cortes de carne de primera calidad (desde churrasco hasta chuletas de cordero) con mofongo, arroz mamposteao u otros complementos clásicos puertorriqueños.
Día cinco: Despedida
Si decides pasar la segunda mitad de tu estadía en el oeste, puedes considerar reservar un vuelo de salida desde el Aeropuerto Internacional Rafael Hernández en Aguadilla. De lo contrario, si regresas a San Juan para tu vuelo a casa, puedes hacer una parada para desayunar en El Buen Café, un restaurante al borde de la carretera que es una institución en Puerto Rico o, para una comida más parecida a un brunch, toma un desvío a Kaffeina Bistro en Levittown.