No necesitas un grupo grande para pasar un buen rato explorando Puerto Rico.
De alguna manera, la rica historia de la Isla, las maravillas naturales y la exquisita cocina se disfrutan mejor a tu propio ritmo. Pasa más tiempo mirando esa pintura que resuena más contigo antes de disfrutar de un almuerzo tranquilo. O busca un tramo tranquilo de playa donde puedas tomar el sol y escuchar el ritmo de las olas. Este viaje puede ser sobre todo lo que te llene a ti.
Para aprovechar al máximo las ofertas eclécticas de la Isla, es una buena idea planificar un viaje comenzando en San Juan y luego ir más allá de la ciudad para experimentar más. Para alojamiento, puedes encontrar un alquiler de vacaciones para una experiencia más local o visitar un hotel más pequeño como Trinitaria House Hotel o Acacia Boutique Hotel en San Juan, si prefieres no sacrificar el servicio. Puedes moverte por el área metropolitana con taxis o Uber, pero es una buena idea alquilar un automóvil si planeas explorar fuera de la ciudad (lo cual es muy recomendable).
Aquí hay algunas sugerencias sobre cómo pasar cinco días explorando Puerto Rico en una aventura solitaria.
Día uno: Un vistazo a la cultura
Has llegado a San Juan, pero no puedes comenzar tu aventura con el estómago vacío. Dirígete a Abracadabra, un lugar encantador, para disfrutar de un "Brunch Mágico" en un ambiente de carnaval y con un variado menú que incluye omelets abundantes, panqueques cubiertos de chocolate y frutas, o un decadente Croque Madame, así como opciones para el almuerzo como wraps, paninis, hamburguesas y más. Para una opción más elegante, prueba Sabrina Brunch and Bistro en la Calle Loíza, donde el menú ofrece opciones contundentes como el Hangar Steak con Pommes Frites o una versión puertorriqueña de los huevos benedictinos, así como giros modernos a cócteles clásicos.
Después de unas cuantas mimosas de parcha, comienza tu recorrido por Santurce, el distrito artístico urbano y elegante de San Juan. Sumérgete en la cultura y la historia de la isla en el Museo de Arte de Puerto Rico. Distribuidas en una propiedad de 130,000 pies cuadrados, las 18 salas de exhibición del célebre museo de arte albergan la colección más importante de pinturas, esculturas y tallas de artistas puertorriqueños y caribeños en la Isla, con obras desde el siglo XVII hasta la actualidad. Asegúrate de visitar el jardín botánico de esculturas en la parte de atrás, que es un oasis en el corazón de la ciudad. Puedes comprar tu boleto con anticipación para evitar filas. Además, mantente atento a los eventos especiales en el sitio web del museo y en las páginas de las redes sociales.
Luego, dirígete a la calle Cerra, donde se realiza el festival de Santurce es Ley todos los años a principios de diciembre. Durante varios días y noches, artistas internacionales y puertorriqueños pintan nuevos murales o crean instalaciones interactivas en todos los rincones del distrito mientras suena música en vivo y las calles se llenan de gente disfrutando de las bebidas y comida de los negocios locales. Si no puedes asistir al festival, aún puedes visitar los murales de ese año que decoran todo el barrio, pero Calle Cerra tiene la concentración más importante de arte urbano. Las impresionantes piezas abordan temas sociales, representan paisajes oníricos surrealistas o simplemente retratan escenas de la vida cotidiana. Considéralo como la respuesta de San Juan al Wynwood Arts District de Miami.
Detente para un almuerzo tardío en Graziani, que se siente como si estuvieras entrando en el estudio artístico de un amigo. Disfruta de algunas tapas y bebidas en la azotea antes de emprender en tu próxima aventura.
Después de explorar las cafeterías, librerías y pequeñas tiendas que ofrecen artesanías locales en Santurce, visita C787, una galería que invita a la reflexión que cuenta con arte experimental y conceptual en el corazón de Santurce. También puedes pasar por el Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico, también conocido como el MAC, donde encontrarás exhibiciones de piezas multimedia de artistas locales e internacionales. Explora los dos pisos llenos de galerías y experiencias multidisciplinarias.
Para terminar tu inmersión en Santurce, siéntate a cenar en Musa. Con platos que van desde mariscos frescos hasta cortes de carne de primera calidad, que son obras maestras por sí mismos, el restaurante tiene como objetivo elevar platos sencillos con creatividad y pasión. También puedes probar algunos cócteles artesanales. O regresa a Calle Loíza, donde puedes elegir entre una variedad de restaurantes como Acapulco, Café Tresbé, Bocca Osteria, entre otros. Si no estás demasiado cansado, disfruta de la vida nocturna de la ciudad en la icónica La Placita de Santurce, donde los locales pasan el rato todos los días y se anima a bailar en la calle. Siempre encontrarás una fiesta en la divertida Esquina Watusi, que tiene música en vivo, baile y bebidas asequibles.
Día dos: Explorando San Juan
El primer día fue bastante ambicioso, así que si hubo cosas que no pudiste ver, hay tiempo para ver más en Santurce; después de todo, eres tú quien toma las decisiones en este viaje. Pero, también hay mucho más para disfrutar en el Viejo San Juan. Si es la primera vez que visitas la Isla, entonces pasear por los antiguos fuertes españoles de El Morro y San Cristóbal y luego explorar las tiendas y restaurantes alrededor de la calle Fortaleza será gratificante (y está lleno de excelentes oportunidades para tomar fotos).
Si eres un visitante habitual o prefieres conocer la ciudad más allá de las atracciones populares, pasea por la casa que fue construida para Ponce de León (Museo Casa Blanca) en el siglo XVI y siente la historia que emana de los adoquines azules del casco histórico. También puedes considerar un tour con la Sociedad Puertorriqueña de Dibujos de Edificios Históricos (Puerto Rico Historic Building Drawing Society), o un recorrido gastronómico que combine un poco de la historia local con los sabores de los platos tradicionales puertorriqueños. Si aún no te has saciado, planifica un almuerzo en El Punto Café o Cayo Caribe para probar algunos de los favoritos locales.
Después del almuerzo, da un paseo por las tiendas del Viejo San Juan o regresa al hotel para relajarte un poco. Siéntate junto a la piscina, lee un libro o haz lo que prefieras. Por la noche, puedes conseguir taquillas para una presentación sinfónica en el Centro de Bellas Artes o ver una película extranjera en Fine Arts Cinema. Para algo más emocionante (suponiendo que no estás agotado por toda la exploración), reserva una clase privada de salsa en Condado y luego ve a bailar en Piso Viejo o a un lugar subterráneo como El Local o La Respuesta para practicar tus nuevos pasos. Si una cena y un concierto (o una película) suenan más a tu gusto, dirígete a Distrito T-Mobile, donde podrás elegir entre una variedad de restaurantes y lugares de entretenimiento, como el Coca-Cola Music Hall y Caribbean Cinemas VIP, todo en un solo lugar.
Día tres: Degustación de café en las montañas
Después del desayuno, prepárate para embarcar en un viaje panorámico de dos horas hacia las montañas de Puerto Rico mientras te aventuras hacia el oeste a través de los valles del norte y hacia el corazón de la Isla. Planea quedarte cerca del pueblo de Manatí (ya sea The Hyatt Place o un alquiler vacacional) porque después de un día completo de exploración (y sinuosos caminos de montaña) no estarás de humor para conducir todo el camino de regreso a San Juan.
Dirígete hacia el sur a través de las montañas hasta Hacienda Lealtad, una encantadora plantación de café en el pueblo de Lares que te hará sentir como si hubieras viajado en el tiempo.
Hacienda Lealtad es una de las haciendas cafetaleras más antiguas de Puerto Rico, donde aprenderás sobre los diferentes tipos de café y cómo se cosechan y procesan los granos. Recorre la planta de procesamiento y el laboratorio para la degustación. Luego, termina tu visita con un poco de comida criolla auténtica en su bistro y camina por la finca para tomar algunas fotos.
Después de tu recorrido, dirígete a la plaza del pueblo de Lares, donde podrás degustar el famoso (y muy inusual) helado de Heladería Lares. Su sabor más famoso es el de maíz, pero también puedes probar aguacate, ajo, cilantro, arroz con habichuelas, café o cualquiera de los sabores más tradicionales de helado que elaboran allí mismo.
Conduce de regreso a Manatí, donde pasarás la noche y cenarás en el Restaurante El Ferrocarril, el restaurante más antiguo de la ciudad que sirve auténtica comida puertorriqueña, bebidas especiales durante el happy hour y música en vivo los viernes.
Día cuatro: Paseo por la naturaleza en Hacienda La Esperanza
¿Qué te parece pasar un día en una reserva natural? En Manatí, puedes visitar Hacienda La Esperanza, una antigua plantación de azúcar transformada en una de las reservas naturales más grandes de la costa norte. La propiedad es administrada por Para La Naturaleza, una organización de conservación sin fines de lucro que ofrece recorridos de inmersión y oportunidades de voluntariado para los amantes de la naturaleza. Asegúrate de hacer una reservación a través de su página si deseas una visita guiada o pasa por el Centro de Visitantes para coger un mapa y aprender sobre los diferentes ecosistemas que puedes observar durante una caminata por tu cuenta. A solo 10 minutos a pie de la hacienda, también encontrarás la Cueva de las Golondrinas, una formación de cuevas con una pequeña playa apartada perfecta para relajarte en la tarde.
Visitar Manatí y no probar los famosos Pastelillos Lamboy es casi un crimen. Estos buñuelos son ideales para una merienda rápida o un almuerzo pesado, dependiendo de cuántos comas. Llévate un par y dirígete a la playa. La más conocida de este municipio es Mar Chiquita, una playa circular rodeada de enormes formaciones de roca volcánica con una abertura en el medio que deja entrar las aguas azul intenso del Atlántico. Es una de las playas más bonitas de la costa norte. No hay mucha sombra, pero se pueden alquilar sombrillas y sillas.
Anímate a disfrutar de tu última cena en Puerto Rico y prueba Su Casa Steak House, un mesón gastronómico en Manatí que sirve comida tradicional puertorriqueña. Acompaña tu elección de carne (desde filetes de falda hasta chuletas de cordero) con mofongo, arroz mamposteao u otras guarniciones puertorriqueñas clásicas.
Día cinco: Despedida
En tu último día, date un último chapuzón en la piscina del hotel antes de partir y has una breve parada para desayunar en Kaffeina Bistro en Dorado. ¡No te arrepentirás! Luego, puedes conducir de regreso al aeropuerto, devolver tu auto alquilado y reflexionar sobre todas las increíbles experiencias que disfrutaste durante su estadía en la Isla.